Año nuevo (ALIAS: divagaciones)

Faltan 7 horas, 48 minutos 55 segundos para el 2015, y todavía no me acostumbro a escribir ‘2014’ en mis parciales en la facultad. El tiempo pasa más rápido de lo que mi cerebro puede registrar. Tal vez sea la escasez de sueño, la falta de descanso, o el ritmo ultra-acelerado de mi vida. No lo sé. Pero con 7 horas, 46 minutos y 36 segundos restantes antes de año nuevo, creo que no lo voy a descubrir antes de tener que acostumbrarme a escribir ‘2015’.

Con tan poco tiempo antes de tener que salir a celebrar las fiestas en familia,  dudo que muchos puedan meterse a ver qué divagaciones escribió la loca de Naty hoy. Pero no pasa nada, no se preocupen. Yo misma tampoco sé qué cuernos estoy escribiendo.

Escucho que, faltando 7 horas, 43 minutos y 45 segundos, un conductor de la tele dice desde el living «Levantemos las copas» y me pregunto si tal vez todos están emocionados por tomar vinos espumantes y comer cosas que tienen sentido ingerir en el hemisferio norte por estas fechas.

No sé. El tiempo es tan relativo, tan tirano, que el año nuevo siempre lo vi como una excusa para prender globos de papel y ver cuántos caen en los patios de los vecinos y cuantos, efectivamente, vuelan.

Pero es otro año cumplido. O 364 días, 16 horas, 21 minutos y 40 segundos, que pasaron, miles de memorias que quedaron, y veintenas de gente nueva conocidas. Son horas y horas de laburo, de cursadas, de exámenes, de militancia. Son cientos y miles de noticias. Y es otro año que sobrevivimos a pesar del caos de la Ciudad. Y creo que eso hay que festejarlo.

Feliz año nuevo, gente linda. Se lo merecen.

año nuevo champagne